Aquellos que en su etapa Oficial defendieron, por ejemplo, la camiseta del club de toda la vida, hasta conseguir cumplir sueños. Es el caso de Ezequiel Carassai, quien estará en la capital entrerriana junto a Afuco de Villa María. El volante consiguió el ascenso al Argentino A con Alumni y también registró un paso por Mandiyú de Corrientes. Aquí su historia. Uno de los tantos forjadores del querido fútbol de ascenso de la República Argentina.
- ¿Qué fue Alumni para vos?
-En Alumni gracias a Dios estuve en sus mejores momentos futbolísticos. Toda mi vida jugué ahí, salvo un paréntesis que estuve en Mandiyú de Corrientes en un certamen de ascenso también, recuerdo que perdimos una final con Boca Unidos. En Alumni empecé desde chiquito, Novena División, y ya en Primera logré el ascenso al Argentino A. Diez años peleamos por el objetivo hasta que lo conseguimos en 2006 (derrotaron en la Promoción a General Paz Juniors de Córdoba). Teníamos un gran plantel, un gran técnico (Héctor Arzubialde) apoyados por los dirigentes. Alumni me forjó como jugador y persona.
-Y jugaste en otros clubes.
-Después sí, estuve en varios equipos de Villa María, Rivadavia de Cabral, San Carlos de Noethinger. Luego, perseguido por lesiones, decidí dar un paso al costado.
-Y llegas a Afuco de Villa María.
-Me venían hablando. Se dio en su momento. Jugaba en Honda Suárez, lo sigo haciendo, y allá por el 2016 me invitan para jugar en una Selección de Afuco. Es un grupo muy unido, jugué Provinciales y Nacionales de hecho ganamos un torneo en Paraná. También anduvimos por Río de Janeiro, Foz y venimos de salir campeones en Mendoza en el torneo de la AAVF. El fútbol es un cable a tierra sin dudas. Como dijo Claudio Paul Caniggia en una nota, cuando dejas de jugar esa adrenalina no se siente más. Y tiene razón, porque nosotros sentimos aún esa sensación, cuando jugamos los sábados. Es una sensación muy linda y difícil de soltar.



