Uno de sus referentes, Marcos Del Molino Torres, trazó un balance de lo ocurrido en la provincia puntana y también lo que esperan en La Feliz.
“La primera experiencia fue excelente, superó las expectativas, fue muy movilizante porque muchos jugadores nunca habían participado de un torneo de fútbol a nivel nacional, ya que la gran mayoría se formaron en el rugby. Se volvieron contentos y con muchas ganas de repetir”.
Acerca de lo deportivo mencionó que “jugar el torneo era una incógnita, pensaba que nos iba ir mal, porque futbolísticamente nos enfrentamos a equipos de mucha experiencia, compuesto incluso por ex jugadores profesionales o de Liga. Por eso terminamos satisfechos, y seguramente ahora iremos más compensados especialmente en la faz ofensiva. La primera experiencia fue valedera. También ahora bajamos un poco el promedio de edad en relación a San Luis”.
También agregó que “iremos con más fogueo porque ya llevamos, en el torneo local, 11 partidos desde febrero por lo que para el Nacional tendremos una buena cantidad de juegos”.
CRECIMIENTO FUTBOLÍSTICO
Club Náutico San Isidro viene creciendo en el fútbol, no solamente en el Seniors. Desde los 7 a 16 años nuclea 400 futbolistas en masculino y femenino, actuando muchos en Interclubes. Del Molino Torres además es dirigente de la subcomisión de veteranos, donde también siguen generando obras, como una nueva cancha (la primera iluminada) en la isla de 80 hectáreas que en su buena parte es dedicada al fútbol.
AMISTAD NACIONAL
Del Molino Torres destacó en relación al Nacional de San Luis “la buena onda que pegamos con todos los equipos, especialmente con la gente de Sportivo Guadalupe de Santa Fe, con quienes quedamos de hacer un encuentro antes de ir a Mar del Plata. Esperemos poder realizarlo. Tenemos mucha expectativa para Mar del Plata, hay entusiasmo, es un gran torneo federal, donde nos vemos las caras con gente de todo el país. Es movilizante poder compartir una cancha o una sobremesa con compatriotas que recorrer muchos kilómetros para poder participar”.
Texto: Ezequiel Re